Emilia Pérez Soria tiene 5 años y es de Necochea. Llegó a la Casa Ronald cuando todavía estaba en la panza de su mamá, embarazada de 5 meses.
Le hicieron una intervención intrauterina a los 5 meses de gestación y a las tres semanas de esa cirugía, una resonancia para chequear que todo estuviera bien. La cesárea programada ocurrió a las 37 semanas de gestación: Emilia nació con hidrocefalia y las dos piernitas fracturadas. Esto fue un lunes y el viernes de esa semana entró nuevamente a quirófano para colocarle la válvula que drenaría el líquido de su cabecita.
Vinieron más de 8 veces a la Casa Ronald desde que Emilia nació, para hacer su tratamiento por mielomeningocele en el Hospital Italiano.
“La Casa para mí es familia, cobijo y seguridad” dice Antonella. “Nosotros nos sentimos cómodos en todos los espacios, la hicimos nuestra”.
A Emilia le encanta jugar en el playroom y disfruta muchísimo mirando los peces. Cuando sabe que están por venir empieza a preguntar: “Cuándo vamos a la Casa Ronald?”
Antonella se recibió de Licenciada en Biodescodificación y esta disciplina dice que la ayuda muchísimo en la vida y con el tratamiento de Emilia: “Me ordenó emocionalmente y me ayuda a vivir todo desde una zona de mayor paz. Entendí que no hay castigo en un hijo con discapacidad. Mi dedicación como mamá es total y nuestro vínculo es muy fuerte. Hay algo más que la biología, hay un mensaje para poder entender el “para qué” más que el “por qué”.
